jueves, 11 de octubre de 2012

Un poquito del pasado.

Las verdades se tropiezan
Aquellas que  nunca supieron de su existencia,  se ahogan en
el mar amargo de lágrimas, caídas de ojos marchitos de tanto llorar
La piel se sella como el capullo de la oruga en el invierno
No surge, se ahoga y se seca...
No se salvaría ni aunque el mismo Dios bajara y le tendiera la mano, con sus agujeros aún
abiertos por aquellos endemoniados clavos que vieron a  través de él
Las marchitas manchas de sangre en las sabanas dicen
que aún hay gente con devoción
y aquellas sabanas manchadas de blanco ancestral, recuerdan la falsedad de la vida

Las tormentas se aseguran de caer en el lugar exacto, de lo contrario
un tsunami las podría derribar...

Y aún así la muchacha del balcón se digna a saltar
La gente corre  intentando rescatar , en un frasco de papel, el grito ahogado 
al caer...
El sonido sordo  de su cuerpo contra el cielo gris, construido con piedras , recuerda
 que la vida sigue siendo cada vez más cruel...
Recuerda en cada segundo la aterradora situación que hizo temerle al hombre, y él  
a aquellos pequeños espaciosos lugares oscuros...
El ataúd dorado que su madre le compró, fue hecho de lágrimas de delfín y odio infernal
Mientras los cielos se hacen un poco más ácidos
La tierra va cubriendo el ataúd , donde yace la muchacha
con marcas en su piel
con sufrimientos y recuerdos.

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